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El amor ¿cuestión de química?

Publicado: 2014-10-26

Por Carlos Castillo Peralta.

Es común escuchar cuando entre dos personas existe una fuerte atracción y éstas forman una pareja –cualquiera que sea el tipo de pareja de que se trate– que hay una "buena química" entre ellos. Esta expresión tan popular es ¡absolutamente cierta!

En la atracción, el enamoramiento, el apego y en el propio acto sexual entre dos personas, juega un rol fundamental un conjunto de reacciones químicas, muy diversas y complejas, que tienen lugar en nuestro organismo.

La etapa de atracción física tiene un componente visual y un componente nasal. Cuando miramos a una persona y nos sentimos atraídos, en el cerebro se produce una sustancia denominada "dopamina", que es un neurotransmisor que provoca la sensación de deseo y regula nuestro estado de ánimo. Sin embargo, en esta primera etapa intervienen fundamentalmente unas sustancias químicas llamadas "feromonas", que son secretadas por diferentes animales incluidos los seres humanos y que actúan como un medio de transmisión de señales que son recepcionadas a través de la nariz y que producen una respuesta en la misma especie. No obstante que las feromonas son detectadas por vía nasal, éstas no se pueden "oler", es decir no son percibidas como aromas, que constituyen una acción totalmente consciente. Por el contrario, las feromonas son percibidas vía nasal sin que tengamos consciencia directa. Tampoco reaccionamos a todas las feromonas que se liberan por ahí, reaccionamos selectivamente a los "mensajes compatibles". Por tanto, se produce la atracción instantánea, el "flechazo", o el mal llamado "amor a primera vista" que bien podría denominarse "amor a primer olfato". En realidad, no se trata de amor sino de atracción física.

Durante la etapa de enamoramiento se producen en el cerebro una serie de sustancias químicas como la "adrenalina" o "epinefrina", la "noradrenalina" o "norepinefrina", la "serotonina", la "dopamina", la "testosterona" y la "feniletilamina". La adrenalina es un neurotransmisor que provoca un aumento del ritmo cardiaco, aumento de la presión arterial, aumento de la respiración y dilatación de las pupilas. La noradrenalina es un neurotransmisor que induce a la euforia, produce excitación, y refuerza las funciones de la adrenalina, esto ocasiona que el corazón lata más fuerte y la presión sanguínea se incremente. La acción conjunta de la adrenalina y la noradrenalina se ve reflejada cuando sentimos que "se nos sale el corazón" o cuando nos sudan las manos al ver o tener cerca a la persona amada. La serotonina es un importante neurotransmisor conocido como la "hormona del humor" y está relacionado con la sensación de placer que sienten las personas, controla impulsos, y favorece un mejor estado anímico. De la dopamina ya hemos hablado, entre sus funciones está la de mejorar el estado de ánimo de las personas, esta acción constituye un complemento del efecto que ejerce la serotonina. La testosterona es la conocida hormona masculina, presente también en las mujeres, pero en menor proporción, está implicada en la regulación de aspectos como el humor, la sensación de bienestar, y el apetito sexual. La feniletilamina, conocida ampliamente como la FEA, es un alcaloide y neurotransmisor responsable, en gran medida, de causar efectos similares a los asociados al consumo de algunas conocidas drogas como la mezcalina y el éxtasis, tales como el incremento del ritmo cardiaco, el insomnio, la excitación, la euforia y el enrojecimiento, en general estimula aquella sensación de "estar en el cielo" o sentir "mariposas en el estómago" que experimentan las personas enamoradas. El hipotálamo es la región del cerebro que juega un papel sumamente relevante y que resulta determinante en el comportamiento durante esta etapa. Por tanto, es mucho más descriptivo y acertado decir "te amo con todo mi hipotálamo" que "te amo con todo mi corazón", aunque suene poco romántico.

Lamentablemente el período de enamoramiento es finito, pudiendo durar de unos cuantos meses hasta 2 a 3 años inclusive, pero inevitablemente decae. Entonces sobreviene la etapa de apego, donde sentimos una sensación de calma y estabilidad, siendo responsables de este proceso la "oxitocina", la "vasopresina" y las "endorfinas". La oxitocina es un neurotransmisor, también conocido como la "molécula de la confianza", y está relacionado con la afectividad, la ternura, el contacto, el acto de tocar, de besarse, etc. La vasopresina es un neurotransmisor implicado en la formación de los recuerdos, también conocido como la "molécula de la monogamia", ya que en experimentos con animales (ratones) se ha observado que la supresión de vasopresina provoca que los machos abandonen su "nido de amor" y busquen nuevas compañeras. Se ha determinado que niveles altos de oxitocina y vasopresina pueden interferir con los caminos de la dopamina y la noradrenalina, lo cual explicaría por qué con el tiempo la sensación de apego crece mientras que la "locura" del amor decae. Las endorfinas son neurotransmisores similares a las drogas opiáceas, como la morfina, en su efecto analgésico y de sensación de seguridad, estabilidad y bienestar. En general, todas estas sustancias parecen ser cruciales para la formación de relaciones a largo plazo.

En el acto sexual o coito –que no necesariamente tiene que ver con el amor– actúan además de los neurotransmisores producidos en el hipotálamo otras sustancias adicionales, como el "óxido nítrico" y la "fosfodiesterasa-5", que desempeñan un papel determinante. La oxitocina se produce cuando las parejas en las relaciones sexuales tienen contacto corporal, se tocan, se besan, etc., generando sensación de placer. En la mujer excitada sexualmente se alteran los pezones, adoptando un aspecto de "arrugados" al endurecerse, como consecuencia del efecto de la oxitocina. En el transcurso del orgasmo, la oxitocina estimula la circulación del semen y la contracción de la musculatura pelviana femenina. Asimismo, durante la erección del pene, así como la del clítoris que igualmente presenta un proceso de erección (que puede ser más o menos pronunciado dependiendo de las particularidades de cada mujer), juega un papel fundamental el óxido nítrico, que se encarga de dilatar los cuerpos cavernosos del pene y del clítoris, aumentando los niveles de sangre (¡hasta siete veces su volumen!) en cantidades considerables, y por un simple efecto hidráulico provoca la erección. La vagina y vulva se humedecen como mecanismo natural de lubricación porque en sus paredes aumenta la irrigación sanguínea. Por otra parte la adrenalina garantiza que la cantidad de energía requerida para este gran esfuerzo físico se encuentre disponible. Una vez concluido el acto sexual, los órganos genitales masculino y femenino vuelven a su estado normal, para ello entra en funciones la enzima fosfodiesterasa-5.

A manera de conclusión, esta "bomba" de sustancias químicas que se libera en nuestro organismo es la que explica nuestro comportamiento durante las distintas etapas cuando practicamos el "arte de amar". Pero, esto no significa que el amor sea sólo química, implica muchos otros aspectos, como la confianza, la comunicación, la tolerancia, etc., y si una relación llega a ser madura, plena y satisfactoria, donde ambos participantes se sientan a gusto, va a aportar felicidad. También es importante tener claro que muchas veces el "amor hasta que la muerte nos separe" no existe, por tanto, disfrutemos de nuestras relaciones al máximo mientras estas duren.


Escrito por

Carlos Castillo Peralta

Soy ingeniero, con Posgrado en Gestión Pública. Capacitador. Consultor. Apasionado por la lectura y las tecnologías.


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DIVAGANDO

Una reflexión crítica sobre política y otros temas...